¿Por qué usar un forro polar cuando vamos a la montaña?

Cuando hacemos el ejercicio mental de imaginarnos en la montaña, o visitando alguna serranía, una de las primeras cosas que se nos viene a la mente es el de estar bien abrigados, disfrutando el paisaje sin tener que temblar por las bajas temperaturas.

Y si aparte de estar bien abrigados, pudiésemos contar con una prenda que nos dejara transpirar, que fuera totalmente resistente al agua, que no nos diera problemas a la hora de lavar y secar, y que además fuera bastante ligera, la mayoría pensará que estamos hablando de un auténtico milagro. Pero no. Estamos hablando del forro polar, conocido también como polar fleece en inglés.

Este tejido, que agrupa todos los beneficios mencionados anteriormente y algunos más, fue elaborado originalmente a inicios de los años 80’ en Estados Unidos, por la firma Polartec. Originalmente fue pensado como un sustituto sintético para la lana, y en su confección se emplea poliéster al 100%.

Es una tela de gran diversidad, que incluso presenta varios grosores o entramados: micro, 100, 200 y 300. A mayor cantidad, más gruesa es la prenda y menor es su flexibilidad. Esta gama de características ha permitido que el forro polar se emplee en la elaboración de un sinfín de prendas, sobre todo aquellas destinadas a usar en la montaña, como por ejemplo: sombreros, chaquetas, guantes, abrigos, suéters, calcetines, bufandas, chalecos, y pare usted de contar.

Pero ¿a qué se debe tanta popularidad?, ¿por qué es el forro polar uno de los tejidos más empleados por las marcas especializadas alrededor del mundo? Analicemos algunas de sus ventajas detalladamente, y descubriremos el porqué de su éxito.

Ventajas del forro polar

Hidrofobia: Este material está diseñado especialmente para no mojarse, no absorber la humedad del ambiente, ni retener los líquidos, ya que es hidrófobo. De hecho, se estima que cuando está cubierto en su totalidad de agua, solo retiene un 1% de su peso en este líquido. No habrá ninguna lluvia o ninguna zambullida en el agua que te haga empaparte si usas tu forro polar. Una auténtica maravilla.

Además, esto también representa una ventaja a la hora de secar la prenda. Cualquier rastro de humedad que haya alcanzado a tu chaqueta, gorro, pantalón, etc., se esfumará rápidamente gracias a las propiedades de este textil.

– Respiración: La creación de esta tela significó una rotura en los esquemas de la industria textil para ese momento, ya que los tejidos que aportaban hidrofobia o calidez lo hacían sacrificando la ventilación, usando mezclas que no permitían transpirar. El forro polar se creó teniendo en cuenta esta limitación, y buscando superarla mediante una confección que fuera igual de resistente que de ventilada.

Las prendas de forro polar, por ende, cuentan con un gran potencial para permitir la transpiración, y dejar que la tela “respire”. Este punto ha hecho que sea frecuente su uso en los deportistas o en personas que realicen actividades físicas exigentes, ya que favorece al desempeño de los mismos.

– Calidez: Para hablar de cómo el forro polar logra mantener la calidez, tenemos que adentrarnos un poco más en la construcción y en el diseño de este tejido. Según Polartec, firma pionera en el desarrollo de esta tela, el forro polar posee una estructura entramada, diseñada para crear bolsillos de aire, lo que evita la pérdida de calor por convección y además regula la calidez interior.

El mayor beneficio de este diseño único, es que el forro polar ofrece la mejor relación calor-peso en todo el mercado de materiales aislantes. Todo esto sin perder sus cualidades hidrófobas y manteniendo la suavidad que lo caracteriza.

– Ligereza: El slogan que identifica a Polartec, fabricante original de esta tela, es Warm without weight, lo que vendría significando “cálido sin que te pese”. Y es precisamente éste uno de los principales puntos a favor del forro polar. Toda la calidez que aporta y toda la comodidad y suavidad que ofrece, no traen consigo la sensación de tener tres o cuatro kilos de ropa encima.

En este apartado se evidencia el atractivo que puede tener el forro polar frente a otras opciones como la lana, que si bien pueden mantener al usuario bien caliente, lo hacen a expensas de cierto peso o incomodidad.

– Fácil de lavar y secar: De seguro estás acostumbrado a que las telas más duraderas, o más versátiles, son a su vez las que requieren de una mayor lista de cuidados especiales. Pues el caso del forro polar viene a romper dicho paradigma.

Lo único que necesitas para mantener tu pieza de forro polar en óptimas condiciones es una lavadora. No se necesita más que lavar la prenda (con agua fría o tibia), y posteriormente secarla al aire. Debido a las cualidades mencionadas anteriormente, el forro polar se seca muy rápido, por lo que en minutos estará listo para usarse de nuevo.

– Ecológico: Esto es un valor agregado del forro polar, que seguro será del agrado de quienes se esfuerzan por reducir su impacto en el medio ambiente. Como lo describimos antes, esta tela se elabora totalmente en poliéster, el detalle es que cierta proporción de este material se obtiene de botellas plásticas recicladas. Esto quiere decir que el potencial de reciclaje para elaborar forro polar es muy alto, convirtiéndolo en una prenda de bajo impacto ambiental.

Además de esto, se creó como un sustituto de la lana (huelga decir que la lana es un producto de origen animal), por lo que decantarse por esta tela también reduce la incidencia de las industrias textiles sobre los animales.

¿Y la patente?

Un punto bastante curioso en la historia del forro polar es su ausencia de patente. Aaron Feuerstein, dueño de Polartec (en ese momento Malden Mills) durante la creación del forro polar, decidió no tramitar la patente para este tejido, logrando así que se extendiera su uso y que pudiera adquirirse a precios módicos.